CALIDAD DE LOS ABONOS ORGANICOS

CALIDAD DE LOS ABONOS ORGÁNICOS SÓLIDOS.
POR: Felipe Correa Maecha I.Q. Esp.
Guillermo López Pérez. Agrólogo Esp. MSc.
Humus De Lombriz San Rafael. humusanrafael@hotmail.com
humusanrafael.blogspot.com


Introducción.

La conciencia ambiental ha ido en aumento durante las dos últimas décadas, gracias al rápido y acelerado proceso de degradación de los recursos naturales, manifestándose en la atmósfera a través de los cambios climáticos, en el suelo por los procesos erosivos y las pérdidas en el potencial productivo del sector agrario, en la contaminación del agua, en la deforestación y en la calidad de vida de las personas. El hombre vivenciando estos cambios ha tratado de tomar conciencia sobre la naturaleza ya abandonada. Sería sin duda un hito histórico el hecho de que toda la humanidad llegase a replantear sus actuaciones y que generase profundos cambios en su accionar, cambios que garantizarían la salud del planeta y de la misma especie humana.

Sin embargo pareciese que la necesidad de cambio nos agarro por sorpresa; muestra de ello es la confusión que existe en torno a los abonos orgánicos, principalmente en los países en vía de desarrollo, en los cuales el nuestro no escapa a esta realidad, en donde existe un desconocimiento generalizado sobre su categorización y calidad. Esto en gran medida tiene su origen en la academia, en donde la formación de los profesionales del agro se centró en el uso de paquetes tecnológicos de insumos químicos, dejando el campo de las tecnologías orgánicas meramente al conocimiento empírico.


Hasta ahora se están realizando investigaciones de base científica, que permiten tener un conocimiento más claro sobre el modo de acción de estos abonos, al mismo tiempo que se sientan las bases para lograr una categorización de los mismos con base en su calidad y eficiencia; resultado de los cuales la comunidad científica ya esta haciendo unas aproximaciones consensuadas al respecto, el nuevo paradigma exige hacer una integración de los conocimientos sobre el manejo integral de los cultivos, donde haya un equilibrio entre las formas de producción, las tecnologías de producción y la calidad final del producto, manteniendo el equilibrio de los recursos sobre los cuales se sustenta dicha producción.

La polémica sobre la calidad de los abonos orgánicos y su valor agrícola se origina en su gran variabilidad, dado que el consumidor desconoce por completo las formas de evaluar los productos disponibles, llegando a una enorme confusión al momento de utilizar productos orgánicos y en especial los abonos.


Si se entiende como abono orgánico un PRODUCTO, que sirve de alimento para plantas, este debe ser manufacturado técnicamente, transformado por vías biológicas a través de la biota y los agentes atmosféricos y estabilizado con ciertas propiedades que garanticen su calidad.

Partiendo de este hecho a continuación se describen algunos conceptos tendientes a definir desde materiales orgánicos hasta producto orgánicos como el abono.


ESTIÉRCOLES FRESCOS

Hace algunas décadas cuando se hablaba de Abonos Orgánicos llegaba a la mente los estiércoles frescos, los que fueron usados durante siglos; aún hoy existen y se usan equivocadamente como abonos orgánicos, siendo simplemente una materia prima que puede ser potencialmente transformada en abonos orgánicos, si se utiliza las tecnologías adecuadas.

El caso de loe estiércoles con el tiempo pierden más de 90 % de su peso por volatilización en el suelo, causando de paso, una acidificación de los mismos; su uso requiere de un periodo de carencia o saneamiento que va desde los 6 a 9 meses dependiendo del tipo del cultivo, periodo en el cual no se puede sembrar, algunos poseen un alto contenido de NPK, como es el caso de las gallinazas y porquinazas, pero estos elementos no se encuentran en formas asimilables, el nitrógeno, por lo general está en forma proteica y se volatiliza rápidamente en forma de amoniaco siendo además alimento para múltiples vectores de enfermedades e insectos.

Su contenido microbiológico llega a ser alto, pero contiene muchos organismos patógenos, en algunos países europeos son considerados materiales peligrosos y deben ser transportados y procesados bajo estrictas normas sanitarias. Estos estiércoles no son abonos, sino una materia prima con posibilidades de ser transformada en abonos.



COMPOST INMADUROS

También llamados subestandar, no son considerados tampoco como abonos orgánicos aceptables, por lo general se encuentran saneados biológicamente pero contienen ácidos volátiles que causan fitotoxicidad en las plantas, la mayoría de estos productos provienen de procesos de saneamiento o biorremediación en donde el proceso de compostaje apunta a obtener la mayor degradación de los residuos con la mayor pérdida de volumen de los materiales frescos en descomposición, sin atender a la calidad del abono orgánico resultante; suele contener microorganismos saprofitos inoculados o naturales que solo se encargan de degradar material orgánico y poseen poca o nula actividad biofertilizante; posee una alta conductividad eléctrica, con una alta relación carbono nitrógeno (de 30 o más), lo que suele causar en el suelo un fenómeno llamado hambre de nitrógeno, que consiste en la disminución del nitrógeno disponible para las plantas.

Es común encontrar tozos de residuos sin degradar; su procesamiento no suele superar los dos meses en sistemas a libre exposición, poseyendo un tiempo medio de vida de seis meses.

Dependiendo de su origen pueden contener metales pesados, como es el caso de los obtenidos a partir de residuos de basuras. Este material se puede utilizar como un elemento que puede contribuir a acondicionar un suelo, pero no como abono orgánico.



COMPOST TIPO B

Un producto obtenido por procesos de remediación y estabilización que cumple con los requisitos mínimos para ser usado en los cultivos sin ningún peligro para la salud ambiental y humana.

Su contenido de microorganismos es mas variado pasando por los degradadores y algunos actinomicetos, las sustancias ácidas generadas se han ligado con productos de la degradación de las ligninas para formar sustancias coloidales por lo que el pH es cercano a la neutralidad, debe ser de color negro sin vestigios del material original y con olor a tierra húmeda, causado por la generación de geosminas durante la síntesis de coloides orgánicos similares a las sustancias húmicas, en especial sales fúlvicas de bajo peso molécular. El tiempo de procesamiento suele ser de 4 a 6 meses en sistemas de libre exposición con volteos sucesivos, y el tiempo de degradación media suele ser de una año. La conductividad eléctrica de estos productos es ser menor a ocho decisimens por metro (8dS/m), y posee algunas restricciones de uso cuando su conductividad es mayor a tres decisimens por metro (3dS/m), con relación carbono nitrógeno menor a 30.

Este producto puede usarse con tranquilidad en los procesos de acondicionamiento de suelos, pero ya tiene algunas características que poseen los abonos orgánicos sin llegar ha serlo.


COMPOST TIPO A

También llamado madurado, pose una densidad un poco mayor a la del compost tipo B aunque es difícil diferenciarlos a simple vista. Deben poseer una conductividad eléctrica igual o inferior a tres decisimens por metro (3dS/m) y no poseen ninguna restricción respecto al tipo de cultivo.

Las principales diferencias frente a los compost tipo B radican en un mayor numero de actinomicetos y protozoarios, los que tienen una amplia actividad como reguladores de la población microbiológica del suelo, además de un mayor índice de biopolimerización, que consiste en la unión de coloides de bajo peso molécular par formar estucturas húmicas complejas como los humatos y las huminas, las que poseen un marcado efecto quelatante de nutrientes y de mejora de las estructuras del suelo. Poseen una relación carbono nitrógeno inferior a 25, con un tiempo de vida de uno a dos años.

Este producto es mucho más eficiente en los procesos de acondicionamiento de suelos y va en un 50%, en la ruta de transformación a abono orgánico, en si mismo no es un abono, pero ya tiene unas características amplias que le permiten mantener cierta calidad como adecuador de suelos y algo de fertilizante.

En la gráfica No.1 se muestra un esquema de degradación de la materia orgánica cuando se somete a procesos de compostación dirigido.








VERMICOMPUESTOS


También conocidos como lombricopuestos, su calidad depende del tipo de proceso y alimento usado en la lombricultura, actividad a la que también se le llama compostaje indirecto.

Bajo la normatividad orgánica, los procesos de lombricultura de residuos urbanos y basuras no puede ser usados para la producción de alimentos ni para productos de exportación en algunos países; los que no realizan saneamiento del material con el que se alimenta a la lombriz suelen contener microorganismos patógenos y son considerados como los compost subestándar, con las implicaciones sanitarias que pueda conllevar su carga microbiológica. Así que es necesaria la realización del saneamiento del alimento para poder considerar el producto obtenido de la lombricultura como un compost tipo A o B, con base en sus propiedades físico-químicas.

De todas maneras numerosos estudios han comprobado que la lombriz roja californiana usada en lombricultura, aporta un sin número de sustancias enzimáticas y coloidales, que bajo un adecuado manejo se convierten en una herramienta muy valiosa en la agricultura, por tal razón existen procesos denominados de doble ciclo en los cuales la lombriz es alimentada con compost tipo A o maduros, con el fin de obtener un producto con cualidades superiores.

Si los vermicompost son bien elaborados y perfectamente saneados, se pueden usar como un producto de alta calidad en la adecuación de suelos y medianamente útil como abono orgánico, pero ya presenta características de abono, se podría decir que esta en un 60% en la ruta de construcción como abono orgánico.


HUMUS DE LOMBRIZ

Se denomina Humus de Lombriz al producto obtenido mediante un proceso de lombricultura de doble ciclo, en el que la concentración de humatos se logra por la realización de un compostaje hasta maduración seguido de un proceso de lombricultura normalizado por capas.

Normalmente puede tener una duración combinada de mas de un año, obteniéndose una relación carbono nitrógeno inferior a 15, densidad mayor a 0.5 y alta capacidad de intercambio cationica, originada por su contenido de humatos.

Fruto de una baja disponibilidad de materia orgánica degradable durante la etapa de lombricultura, la selectividad microbiana combinada con la generación de condiciones óptimas en el tracto digestivo de las lombrices, incrementan el contenido de microorganismos de control biológico, como los protozoarios y actinomicetos al igual que microorganismos que actúan sobre la fase mineral como los solubilizadores de fósforo y potasio y los fijadores de nitrógeno; sumado a una gran cantidad de sustancias enzimáticas segregadas por las lombrices, que en combinación con los microorganismos incentivan la síntesis de metabolitos secundarios, lo que da al humus de lombriz unas características únicas como abono orgánico, aportantando nutrientes mayores y menores para la fertilidad y una concentración estable de coloides orgánicos representados en concentraciones de humus superiores al 15%.

En la gráfica 2 y 3 se muestra el comportamiento los procesos de degradación de las materias orgánicas a abonos orgánicos y su influencia en relación a la temperatura, lo mismo que una representación de las moléculas de Humus.








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